Ventrílocuos

Ya nadie les cree a los ventrílocuos
nadie, se me ocurren motivos
algunos, los ventrílocuos
están desapareciendo
se extinguieron
quizá
hace mucho

una voz hablaba dentro
o afuera, era otra
no podía ser
la misma o
las respectivas voces
conversaban y se respondían
una a una

cosas así

busco info en el google
en youtube
encuentro linda data:
ellos juran comer bacalao
todos los días
para que la voz de su interior
crezca aguda
sana y fuerte.
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Dobles

Recién pensaba en todos esos famosos que tienen un doble en twitter, que salen en la radio aclarando que no fueron ellos los que twitearon desde el lawn tenis club o que escribieron boludeces sobre otro famoso. Debe ser raro tener un doble. Debe ser raro elegir ser doble virtual de, pongamos, Pablo Echarri o Matias Martin. Alguien se hace pasar por vos, enciende una pequeña maquina de ficción y narra tu vida. También estuve leyendo un libro de Romina Paula donde una de las narradoras cuenta que una vez, en la peatonal de Villa Gesell, se cruzaron con un doble de Emilio Disi un poco fisura que se sacaba fotos y firmaba autógrafos a todo el mundo.
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Dieciocho


Como si no hubiese preparado con exactitud el momento, Conrado le dijo a su mujer que tenía una sorpresa. Carina estaba de espaldas, lavando los platos en la pileta de la cocina cuando su marido, con un bonito ramo de flores en la mano, entró por la puerta del frente:

– Mi amor, tengo una sorpresa divina para vos.

La mujer de Conrado pensó por un instante y descartó cualquier motivo lógico que pudiera explicar la sorprendente actitud de su marido. No era su cumpleaños, ni la fecha del aniversario, para el cual faltaba poco menos de dos meses. Rubén tampoco era especialmente partidario de fechas como el día de San Valentín o la semana de la dulzura, instancias que consideraba idiotas, molestas y que, en consecuencia, no tenían ninguna importancia dentro de su universo. Carina, por supuesto, ya estaba acostumbrada a estas actitudes. Finalmente abandonó el repasador sobre la mesada y se lo quedó mirando con actitud inquieta.

– ¿Una sorpresa? ¿Para mí?

– Si bobi ¿para quién va a ser? – respondió Conrado con dulzura

Se miraron por unos segundos, en silencio.

– ¿No me crees? Teatro y cena, mirá.

Y agitó la mano derecha para mostrarle dos tickets plateados.

– ¡Ay Rubén!

Carina tardó todavía un momento en reaccionar. Estaba tan feliz que, camino al baño, se llevó por delante la mesita ratona y se golpeó la pierna a la altura de la rodilla. Una hora después salía de la habitación peinada y maquillada, con jeans y una remerita negra bastante escotada para su edad.

– ¿Cómo estoy? – le preguntó a Rubén.

– Hermosísima – dijo él y le dio un beso en la mejilla.

Después de la obra fueron a cenar a una pizzería en el Microcentro. Una vez en el coche, a punto de regresar, Conrado dejó entrever, con una frase enigmática, que todavía faltaba algo. Encararon para Avenida del Libertador.

– ¿Dónde vamos?

– Ah

Entraron en un telo monumental que ocupaba toda la esquina y daba la vuelta hasta la mitad de cuadra, con el exterior vidriado y una entrada de hotel de lujo.

Soñar con ballenas: primera versión

Aquella tarde tomaba una pinta
de cerveza gress
en un lounge bar de Glasgow
cuando me dormí
y comencé a soñar
que me convertía en una ballena
franca glacial rebozada de lonjas
de carne suave y húmeda
con bigotes como cables
de estaño y una dentadura
hermosa e incandescente
salpicada por esquirlas de atún
y membranas de pez.

De pronto ya no me interesaba
la televisión satelital
y el precio de los paquetes de snacks
en las góndolas de los markets británicos
sencillamente me sumergía
durante horas para atrapar
nubes de krill
en un mar sin fondo y oscuro
como deben ser todos los mares
del planeta.

Con paciencia aprendí a movilizar
mi masa corporal, el timmning
de las aletas y a regular
mi capacidad respiratoria que alcanza
los cincuenta y cinco minutos
con una sola bocanada
que oxigena mis ideas.

Las ballenas son seres solitarios
que tienen una o dos parejas
en toda una vida. Pensaba esto
cuando alguien me despertó
apretándome las costillas. Era
Claire. Estoy decidido, pensé
al ponerme de pie: inyectaré
en mi un combustible secreto
un torrente brillante que alivie
mis tiempos muertos.
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Algo que me molesta mucho

Quiero escribir napalm heart en el word
y me lo reemplaza por NAPALM Herat.
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Revolución blogger

Esto que ha comenzado con una sencilla crítica mal escrita por parte de un compañero (sin ofender) de a poco se está convirtiendo en toda una revolución en la blogesfera latina.

No podría estar más orgulloso, sigamos así y de a poco vamos viendo como nos llegan mejores ofertas, mejora la calidad del trabajo y de este modo las compañías serias también pueden considerar find a blogger como un portal donde encontrar a redactores de calidad que trabajan bien si se les paga acorde a ello.

Este movimiento nos beneficia a todos y tenemos que seguir alzando nuestra voz en contra de la explotación de nuestro trabajo sencillamente porque no tenemos ningún sindicato oficial.

Los que necesitan el trabajo sea como sea, aguanten, los que no lo necesitan para sobrevivir aguanten. Esto nos beneficiará a todos, mantengámonos fuertes y rechacemos trabajos con condiciones denigrantes. Somos la mano de obra y la infraestructura que factura cientos de miles de euros al año pero nosotros tenemos suerte si percibimos 2 u 3 mil euros al año trabajando muchísimo.

Es momento de llevarnos lo que nos merecemos. Sabían ustedes, por ejemplo, que Blogsfarm la segunda red de blogs más importante de España se dejó 500 mil euros en el nombre de un dominio pero que sus redactores de años siguen cobrando lo mismo (alrededor de 1€ por 250 palabras, enlaces e imágenes) Invierten en los bloggers y en mantenimiento no más del 5% de sus ingresos llevándose un 95% de los mismos solo para expandirse sin pagar lo que corresponde a sus redactores.

Blogsfarm es solo un ejemplo y lo triste es que es considerada como una red importante a la cual muchos aspiramos u aspirábamos pensando que eran personas justas.

Sí, nuestro trabajo es un hobby quizás y nos gusta pero no por ello deja de ser un trabajo al cual dedicamos tiempo y esfuerzo y merecemos ser premiados por ello. U acaso si trabajas de lo que te gusta no te mereces que te paguen bien por ello¿?

A nosotros nadie nos está haciendo ningún favor, nos necesitan, no lo olviden mis compañeros bloggers. Ellos necesitan más de nosotros que nosotros de ellos y es momento de tomar el control y exigir lo que nos corresponde.

¡Adelante Bloggers! ¡No estamos solos! ¡ Cambiemos la situación para todos nosotros !

Via Find a blogger
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Douglas DC 8-33

Julia me regaló
la caja negra del Douglas DC 8-33
de la British Midland Airways
que se estrelló en la isla de Georgia
hace algunos años.

Muchos de mis pensamientos
están guardados
en esa caja. Mis amigos
cuando me visitan
y tomamos cerveza
arrojan lo peor que guardan
en sus corazones y sienten
como la caja absorve
el humus intangible
que ellos destilan; todo
mi odio punk
ha quedado
ahí dentro
todo lo ajeno
preguntas
lo que estuvo
y lo que no y lo que
por no estar dejó
su rastro tallado
en mí.

Están arrojadas dentro
las horas trabajadas
a desgano
las conversaciones en modo off
y los momentos spam
de nuestras vidas.

Sin embargo
los copos gigantes
que no duran
en la mano no están
en esa caja
tampoco los relámpagos
ni la energía que fluye
de las turbinas eléctricas
de mi organismo.

Es sencillo: gracias a ellas
flamea como un tornado fibroso
el dínamo que moviliza
mis ideales.

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Otra orilla

En realidad el título del cuento de Azucena Galettini no es "Conversaciones" sino "Conversiones" pero parece ser que el diseñador/editor de la page es bastante pelotudo. Hay notas viejas intercaladas con el material nuevo; en el relato en cuestión, también, ordenaron mal la biografía de Azucena y la foto es un poco cualquiera. En fin, el link acá y esperemos que las cosas mejoren para el próximo número, sino bye bye, orilla sur.
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Siempre: mas poesía menos policía

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Momento luminoso

Sucedía que, de pronto, yo comenzaba a ver variaciones en el rostro de la persona que tenía frente a mí. La mayoría de las veces el rostro variaba como si fuera retrocediendo rápidamente en el tiempo, y en lugar de ver ante mí, por ejemplo, a una mujer de cuarenta años veía a una niña de seis. En muy poco casos pude comprobar la certeza de esta percepción, su correspondencia con la realidad - sea mediante fotos o mediante algún dato concreto: si de niña usaba trenzas, si era gordita, etcétera. Con menos frecuencia he alcanzado a percibir toda la gama de edades, hasta la madurez, o vejez de una persona. Sé en mi fuero íntimo, que cierta chica muy joven que conocí hace algunos años, está en camino a transformarse en una gorda maciza. Y ciertas confirmaciones o certezas de la realidad de estas perceociones me han llegado indirectamente, pues siempre obtenía, junto a la imagen del pasado o del futuro, algún dato íntimo de esa persona, generalmente de tipo médico - como médico frustrado que soy.

Mario Levrero
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Superhéroes

– Yo me vuelvo invisible cuando nadie me ve – dijo Nicolás e inmediatamente miró por la ventanilla. Era una noche de verano, pesadísima, y Nicolás transpiraba, un poco por el calor, otro poco por la vergüenza de lo que acababa de contar. El remisero se llamaba Luca y estaba conduciendo, sin saberlo, hacia la primera reunión de sujetos extraordinarios. Nicolás, en un acto de gran valentía, no sabía bien porque, quizá para justificar su apariencia, había sentido la necesidad de explicarle su poder.

– Me vuelvo invisible pero cuando estoy solo.

Nicolás se preguntó entonces si Luca no lo miraba para no ponerlo en ridículo. Podría explicarle: tengo que activar mi superpoder, de otro modo soy como cualquiera.

– Así que vos vendrías a ser el hombre invisible ¿no?

– Prefiero que me llamen el hombre transparente.

Nicolás permaneció en silencio, esperando. Luca no dijo absolutamente nada, continúo apretando el acelerador, mirando la luz verde de los semáforos.

– El tuyo es un superpoder bastante inútil, se me ocurren poderes más piolas.

– ¿En serio?

– A ver, decime: ¿de qué te puede servir desaparecer si nadie te ve?

Nicolás se había hecho la misma pregunta miles de veces. No tenía respuesta. El suyo era un talento inservible, como conocer de memoria la formación de la selección argentina en cada mundial (aquí Nicolás pensó en su tío Arnaldo) o recordar las capitales de todos los países del mundo. Capacidades extraordinarias, una mierda. Aunque en el fondo, creía que cada uno guardaba en su interior un poder, a veces más práctico, otras veces completamente cotidiano, aunque la mayoría de las personas lo desconociera. Su madre, por ejemplo, tenía el talento de leer la bondad de la gente; su hermano Julián podía arreglar, en pocos minutos, el desperfecto de cualquier máquina; su profesor de guitarra era capaz de recomendar la música exacta para el estado de ánimo en que se encontraban sus alumnos.

Igualmente prefiero los hipopótamos

Elefantes, un cuento de Federico Falco, para leer online.
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eSe

Es una linda sensación esa de levantarte a la mañana (para variar un poco), leer un mail que te enviaron los chicos de una revista literaria y descubrir que Beatriz Vignoli, en una nota en Página, al menos menciona tu nombre.
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