Deliro.
Tengo fiebre durante días. Llamo al trabajo y pido licencia. Mi madre viene a
cuidarme, me da sorbitos de sopa y me trata con una dulzura inusitada. Hablamos
de manera entrecortada y pareciera que nos decimos las mismas cosas una y otra
vez. Estoy demasiado débil para conversar, pero ella me hace mimos, me dice que
todo va a estar bien, que solo necesito tiempo. No habla de la enfermedad,
habla de z pero sin nombrarlo. Una noche se queda a dormir y percibo, por las
hendijas de la puerta, la claridad del televisor y sus voces. Mamá ríe. En
algún momento, escucho que habla por teléfono con un médico o un psiquiatra o
algo por el estilo.
Sueño
que formo parte de un equipo de paleontólogos que descubren un neandertal
congelado. ¿Siberia? ¿Alaska? ¿La Antártica? Usamos camperones térmicos y
gorros bordados en piel de foca. Por las noches vemos luces púrpuras en el
cielo. Cuando salimos a caminar, nos hundimos en la nieve. Percibo la imagen de
un bloque compacto de hielo. Poco a poco, con picos, mazas y un aparato que
despide calor por un tubo de aspiradora, descongelamos al neandertal. En el
sueño se superponen, como hojas transparentes, un estado opaco con otro más
visible. Aparecen, tornasolados, los rasgos de una cara, el cuerpo, una sombra,
pero, a medida que avanzamos, comienzo a inquietarme. ¿Estaremos cometiendo un
error? ¿Por qué revivimos a esta criatura de otro tiempo? Mis sueños aparecen
poblados por esquimales, animales con mucho pelo, una aureola boreal que cruza
el cielo de norte a sur. Me queda del sueño los tonos brillantes, una
luminosidad cegadora, la bandada de colores delirantes y las estrellas.
.
2 comentarios:
Esto es muy precioso.
El sueño con el neandertal, nananana.
MÁS.
Ja, va bien la novelita. Bah, no se. Tengo una historia paralela muy lo más, pero ahora estoy con una escena en una playa de colombia, cocktails y equipos de buceo.
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