El impulso que sostenía este humo
reculó como un cangrejo; ocurrió
como debía ocurrir
una tarde en que el pan
tostado ardía
en una tostadora del grupo Ansonic
y el motor de la heladera
comenzó a tamborillar
largando feo olor. Meses atrás
había plantado un gajo
embadurnado con ilusiones legítimas
en el estero occidental
de mis fibras musculares.
Al impulso me lo creí todo
pero al fin craqueó
hizo mash up
y se esfumó. ¿Con la ubre
de quién imaginé
alimentar todo esto?
.
2 comentarios:
Ese final... WOWOWOWOWOWOWOWOW!!!
Che che che, qué lindo título, para empezar!
Muy linda, viejah. En el medio un par de versos se me hicieron medio barrocos, pero la poe está recontra bueeena. Me copa mucho lo que venís colgando.
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