En la esquina de mi casa un viejo
nogal chupa la luz inmensa
de mi concentración. Me reviro
como un orangután
cuelgo de las ramas
y arranco sus frutos. Este árbol
colocó la pócima
de la intensidad en mis venas.
Tornasolado giro
y busco el límite de mi identidad.
¿Dónde? ¿En la pulpa verde
que gotea de mi boca?
Chicos pecosos
corren a mis pies
frenéticos. Bajá
de ahí mono
bajá
que el plátano de la satisfacción
no se arranca de cualquier parte.
Arrima un colibrí:
la velocidad es dicha
sobre las flores carnosas.
Sin embargo mi cuerpo
pide a gritos un break:
cuando recupere la cordura
seamos dignos y bebamos
un vermuth
bajo esta sombra preciosa.
.
6 comentarios:
Me gusta ésta poesía. Sobre todo lo del vermuth bajo la sombra. Y tengo un problema con la palabra break, me hace acordar a esos cositos que se ponen en los dientes, jajajaja,
la imagen esa de los chicos pecosos y el mono, y el plátano de la satisfacción.
abrazo tincho.
Ey me quedé con la idea a la mitad? jajajajja La imagen esa es tremenda!!!
uau
¿dónde queda ese arbolito?
hay que traficar esa pócima y hacerse millonario.
El poema quedó mucho mejor con tus correcciones, Male.
Con qué idea te quedaste a la mitad Bruno??
No me había dado cuenta hasta hace unos días que me gusta como escribís. Y ahora leí este y amerita que lo comente. Saludos, don.
Genial Noe!! Gracias por el comentario, está re bueno enterarte de estas cositas. Beso!
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