Douglas DC 8-33

Julia me regaló
la caja negra del Douglas DC 8-33
de la British Midland Airways
que se estrelló en la isla de Georgia
hace algunos años.

Muchos de mis pensamientos
están guardados
en esa caja. Mis amigos
cuando me visitan
y tomamos cerveza
arrojan lo peor que guardan
en sus corazones y sienten
como la caja absorve
el humus intangible
que ellos destilan; todo
mi odio punk
ha quedado
ahí dentro
todo lo ajeno
preguntas
lo que estuvo
y lo que no y lo que
por no estar dejó
su rastro tallado
en mí.

Están arrojadas dentro
las horas trabajadas
a desgano
las conversaciones en modo off
y los momentos spam
de nuestras vidas.

Sin embargo
los copos gigantes
que no duran
en la mano no están
en esa caja
tampoco los relámpagos
ni la energía que fluye
de las turbinas eléctricas
de mi organismo.

Es sencillo: gracias a ellas
flamea como un tornado fibroso
el dínamo que moviliza
mis ideales.

.

5 comentarios:

Shalena Mitcher dijo...

turbinas hidroeléctricas de superhéroe.


este poema es precioso.

Lucila dijo...

Tremendi.

Noe dijo...

esaaaa! :D

-> dijo...

animalito de dios! ese poema es perfecto

Martín dijo...

:)